Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción
Cuando se estudia el edifico de la iglesia de Valdelaguna, empiezan a surgir varios interrogantes:
¿Ha tenido siempre esa forma?, ¿se construye desde cero, o se aprovecha un antiguo edificio?, ¿de cuándo data el mismo?…
Para dar respuestas a estas preguntas y otras que irán apareciendo, realizaremos un viaje hacia atrás en el tiempo.
La iglesia que hoy en día conocemos, ha sufrido numerosas modificaciones a lo largo de su historia hasta llegar al estado actual. Se construyó en varias etapas, por lo que hoy distinguimos elementos originales y otros más modernos que conviven entre ellos.
En la cabecera, situada al este, encontramos un ábside semicircular con decoración pictórica, que, mediante un arco triunfal, se une a la nave central cerrada con bóveda de cañón.
Aparecen dos espacios a los laterales a modo de naves, quedando uno de ellos casi enterrado, ya que la iglesia esta adosada al terreno en el lado norte. Y el otro separado por medio de una columna monolítica en la que se apoyan dos arcos apuntados.
A los pies, un coro con viguería de madera, sobre el que se sitúa la torre, que también ha sido objeto de restauración, reconstruida en 2002.
El edificio posee dos entradas: una al Oeste bajo la torre, y otra al Sur, de uso principal, cubierta por un pórtico con estructura de madera soportado por columnas de piedra.
Hacia los años 30, se construye la “Escuela Católica”, que se adosa al cuerpo de la iglesia, ocupando el antiguo pórtico y aprovechando así su estructura. El local que se crea, se amplía ganando terreno al portalillo rodeando la torre, como muestra la zona sombreada de la siguiente imagen.
Esta construcción condicionará la entrada oeste del edificio, modificando el portalillo e introduciendo unas escaleras y rampas que nada tienen que ver con las actuales.
En esa época la torre aún no ha sido modificada y se encuentra macizada en su base, técnica común en algunas iglesias, debido a los pocos avances estructurales del momento.
El documento gráfico más antiguo conocido, que data de 1889, muestra el estado del templo en dicha fecha. Se pueden destacar algunas diferencias respecto al estado actual: la escuela católica aún no se había construido; el acceso a la escalera del coro estaba frente a la entrada, y no en la nave norte; y el paso de la sacristía al altar no se realizaba por la puerta que conocemos actualmente, sino por un pequeño hueco que se abría en el atrio. Hoy en día se utiliza como armario.
Además, sobre la zona en la que hoy se encuentra el confesionario, se emplazaba la casa del sacristán, cuyo fin era dar cobijo al encargado del mantenimiento y cuidado del templo.
Fechas importantes.
Los documentos del archivo parroquial nos describen las modificaciones y obras que ha sufrido el templo en las distintas fechas. Existen muchos datos y es necesario sintetizar, por ello elijo tres fechas que considero importantes:
1773 – Se realiza una de las obras más importantes. Tal y como se lee en el “Contrato de arreglo de la Iglesia”, y extrayendo textualmente las partes más significativas: “… hay diferentes quiebras en su bóveda … un arco que tiene más anchura de la que necesita … cuyo arco hay que volver a formar … blanquear su bóveda y lienzos …”.
Puede interpretarse en este documento, la reconstrucción integra de la nave central y su bóveda, manteniendo intacta la parte del edificio que queda por delante del arco triunfal, es decir, la cabecera.
Para ello se levanta un nuevo arco de piedra junto al antiguo.
Hoy distinguimos los dos, el de piedra, fechado en la clave con el año de la obra, y restos del primitivo pintado de amarillo.
Existen muchas otras pistas de carácter estructural que llevan a la misma conclusión como: el grosor de los muros de la cabecera, mayores que los del resto de la iglesia; la anchura de la cabecera también mayor a la de la nave central; y, además, si nos fijamos en el exterior, podemos observar la diferencia de mampuesto en el zócalo. Es por ello por lo que se ve claramente que se trata de dos cuerpos unidos, pero de distintas características, forma de construcción y época.
1757 – “Licencia del consejo de gobernación de Toledo para la construcción de la nueva capilla y bóveda de la Soledad”, se pretende como bien se indica la construcción de esta capilla. Destacamos en este documento: “…fabricar a su costa y expresas, una capilla en la iglesia Parroquial, de dicha villa de Valdelaguna … formando crucero … sin tomar suelo alguno de la iglesia …” Es un elemento nuevo que se adhiere a la estructura del templo.
El emplazamiento de esta construcción se realiza frente a la capilla ya existente (hoy en día la de Santo Toribio), para que se pueda crear un crucero como en la mayoría de las iglesias.
Don Miguel Díaz Torresano, vecino de la villa de Valdelaguna, fue quien encargó la construcción de esta capilla para colocar en ella la imagen de Nuestra Señora de la Soledad.
Si nos acercamos a la capilla, encontramos una lápida en la que se lee: “Aquí yacen D. Miguel Díaz Torresano, murió el año de 1773 y su mujer Dª María Nicolasa de Villa, fundadores de esta capilla, murió el año de 1767”.
1473 – En el documento más antiguo conocido, “Construcción de altar de Nuestra Señora de Santa María” leemos: “… Fernando Díaz de Quiñones el de Benavente; que casó, vivió, y murió en Valdelaguna … el Altar de Nuestra Señora de Santa María, el que Yo mandé facer e edificar a Su Onor, es esta Iglesia de Santa María, deste dicho lugar de Valdelaguna…”
Es obvio que se construye algo, pero no queda claro el qué: puede tratarse de la capilla que queda junto a la sacristía, o por el contrario referirse al altar mayor, lo que daría lugar a que el cuerpo de la iglesia existiera anteriormente y se tratase de otra clase de edificio, como una sinagoga o mezquita. Idea no descartada ya que una gran mayoría de los templos románicos de la Comunidad de Madrid se levantaron sobre este tipo de construcciones.
La siguiente imagen es el resultado de un estudio más laborioso y extenso de comparación con otros edificios que guardan vinculaciones contemporáneas, tipológicas, morfológicas y geográficas, de los cuales se extraen los rasgos más característicos para dar forma a la imagen final y que refuerzan la idea de que el edificio tiene una estrecha relación con el románico. Pero es necesario recalcar, que este final es uno de los numerosos posibles que se pueden dar, puesto que se trata de datos y documentos interpretados desde un punto de vista, y no es más que una hipótesis argumentada y no una solución definitiva.
© Jorge Sánchez de las Peñas, 2012.